En realidad, no tengo un ilustrador
preferido. Veo retazos de elementos que
me gustan de uno o de otro, y a veces ni soy consciente de ello. Es por ello que el tema de esta entrada se
me dificultó un poco y decidí no poner a mi ilustrador favorito (que como ya
dije, creo que no existe), sino a alguien que descubrí hace poco gracias al
libro “Dark Stories by Dark Artists” y cuyo trabajo me pareció interesante. Me refiero a Caitlin Hackett.
Como experiencia personal a manera de “motor
artístico”, ella cuenta la experiencia que tuvo cuando tenía cuatro años y ella
y unos niños encontraron a unos pajaritos bebés, sin plumas aún, muertos en el parque al pie de un árbol. Acudieron a la profesora, quien intentó
reanimarlos frotándolos con un pañuelo blanco… el cual terminó rosado. Exacto, los cadáveres de los pajaritos se
desintegraron en la tela. Aquella
experiencia la marcó aparentemente, y esto se puede ver en los trabajos que
hace ella, todos referidos a la muerte, putrefacción, restos de animales y
ramas de árboles retorcidas y secas. Se
ven cuerpos emplumados, con pelaje o sin él deformados o componiendo otro tipo
de criaturas grotescas.
Lo interesante de todo esto es que ella utiliza
tonalidades suaves y delicadas, sin contrastes muy fuertes mas que los que
podrían dar tonalidades azules o rojas tenues.
Sin duda, le da un aspecto tétrico a sus trabajos, además de etéreo. Creo que puedo afirmar que se trata de la
muerte y decadencia.
Adriana Villafuerte
20100418
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